El maestro de las chispas
Hace 50 años, Alfred Brandt comenzó su aprendizaje como electricista de automóviles en la empresa de su padre en Viena-Margareten. Hoy en día es uno de los especialistas más solicitados en la reparación de sistemas eléctricos de vehículos históricos.

El maestro de las chispas
Hace casi exactamente 100 años la empresa especializada “Brandt Autoelektrik” abrió sus puertas en la Pannaschgasse de Viena-Margareten. En aquella época y durante décadas después, los componentes eléctricos de automóviles y motocicletas estaban sujetos a un alto desgaste debido a su diseño, de modo que la demanda de reparaciones y repuestos aumentó considerablemente con el auge de la movilidad individual. El sector eléctrico del automóvil experimentó su apogeo entre los años 1930 y 1960; En su apogeo, la empresa Brandt empleaba hasta 27 personas. En 1976, cuando el joven aprendiz Alfred comenzó su formación en la empresa de su padre, parecía haber llegado el cenit de la época dorada de la electricidad para automóviles. Alfred también aprendió a girar y fresar el colector de la armadura de un alternador en el torno, a cambiar casquillos de cojinetes y devanados, a ajustar distribuidores de encendido con dispositivos de prueba mecánicos y a detectar cortocircuitos y cables rotos. Sobre todo, esta última habilidad, que desarrolló en los años siguientes, le otorga todavía hoy la mayor reputación en el círculo de los coches clásicos. Pero con el cambio cultural de la antigua sociedad de reparación a la moderna sociedad de intercambio, la base económica de las empresas artesanales especializadas en la electricidad para automóviles se agotó. Por ello, Brandt también completó su formación como técnico en mecatrónica de vehículos y adaptó su oferta de reparación a la electrónica de vehículos moderna.
Repuestos en demanda
En el espacioso vestíbulo de la planta baja, las joyas del automóvil de Jaguar, Triumph, Alfa Romeo, Rover y Morris esperan la mano curativa del maestro Brandt. Es necesario tender mazos de cables, reparar distribuidores de encendido o alternadores, reemplazar bujías y bombillas de faros, o identificar cortocircuitos y otros problemas en los cables. Las causas de las dificultades de arranque, los fallos de encendido del motor o incluso el calado pueden ser variadas. Desde hace unos diez años, Alfred Brandt dirige su empresa como una empresa unipersonal y sin empleados. Gestiona su amplio almacén de repuestos de componentes eléctricos para vehículos históricos, ayuda a los clientes habituales en la resolución de problemas y, bajo petición especial, pone en funcionamiento su equipo de prueba listo para el museo, pero que aún funciona con precisión, para restaurar dinamos, motores de arranque o sistemas de encendido de coches antiguos fielmente al original. Se puede ganarse la vida con ello, afirma el maestro Brandt, pero el rápido desarrollo técnico hace que el nicho siga reduciéndose. Alfred Brandt cerrará su negocio el próximo año debido a su jubilación y a la falta de un sucesor, y con ello un capítulo en la historia contemporánea del automóvil.