Peugeot 307: El FAP sobrecargado

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Un Peugeot 307 de doce años sufre de repente una inexplicable pérdida de potencia, como si fuera víctima de un insidioso ataque envenenado. En el taller creen haber encontrado rápidamente el problema, pero pronto resulta que se trata de un error.

Ein zwölf Jahre alter Peugeot 307 leidet plötzlich unter unerklärlichem Leistungsverlust – wie das Opfer eines heimtückischen Giftattentates. In der Werkstatt meint man, den Fehler schnell gefunden zu haben, doch dies stellt sich bald als Irrtum heraus.
Un Peugeot 307 de doce años sufre de repente una inexplicable pérdida de potencia, como si fuera víctima de un insidioso ataque envenenado. En el taller creen haber encontrado rápidamente el problema, pero pronto resulta que se trata de un error.

Peugeot 307: El FAP sobrecargado

Este compacto francés, construido en 2005, sólo tiene 134.000 kilómetros a sus espaldas y, gracias a un buen cuidado y a revisiones periódicas, está lejos de estar desgastado. Esto hace que sea aún más doloroso para el propietario del vehículo cuando un día su coche se ve afectado por un extraño cansancio y falta de motivación. En el salpicadero se enciende el aviso de que el filtro de partículas está obstruido.

Además de los síntomas, también existe una sed excesiva del aditivo diésel que se añade automáticamente al combustible para regenerar el filtro. Por tanto, la visita al taller se vuelve inevitable y comienza otro misterio diagnóstico.

▶ La comprobación muestra que el DPF está muy cargado de hollín. Por tanto, la fase de regeneración se inicia manualmente.

▶ A continuación se borra la entrada de error y se cambia el aceite. El problema parece haberse resuelto.

▶ Poco tiempo después el Peugeot regresa al taller con los mismos síntomas. Esta vez el DPF se retira y limpia manualmente. Luego se comprueba todo el sistema. Conclusión: no se encontraron más defectos.

▶ Unos días más tarde, su propietario, ya algo molesto, lleva el Peugeot por tercera vez al taller. Esta vez, además del sistema de inyección, los técnicos de automóviles también examinan más de cerca el sistema de aditivos diésel. Como dispositivo de diagnóstico se utiliza el AVL Ditest MDS 188 con el software XDS 1000 integrado.

▶ Después de comprobar cuidadosamente la lista de valores medidos, aparece un mensaje en la pantalla que finalmente pone a los detectives del taller en el camino correcto: El sistema informa que la tapa del tanque está abierta, pero aparentemente no es así.

▶ El sensor situado en la boca de llenado de combustible está evidentemente defectuoso e indica constantemente que el tapón de combustible está abierto. El resultado: todo el sistema se vuelve loco e inyecta demasiado aditivo para la regeneración, lo que ejerce mucha presión sobre el DPF.

▶ Los técnicos de automoción sustituyen el sensor, borran el error mostrado y el Peugeot vuelve a funcionar perfectamente. Caso resuelto.