Ford C-Max: Pérdida repentina de potencia
Un FORD C-MAX de 13 años se vuelve terco y se niega repetidamente a obedecer la presión del pedal del acelerador. La causa de la pérdida de rendimiento no se descubre hasta la cuarta visita al taller.

Ford C-Max: Pérdida repentina de potencia

El Ford C-Max, fabricado en 2005, sólo tenía 127.000 kilómetros recorridos cuando su motor turbodiésel de 1,6 litros empezó a funcionar mal. “El motor pierde potencia temporalmente durante la marcha y se enciende la luz de fallo del motor”, explica el propietario durante la siguiente visita al taller y solicita una reparación. Información adicional: El error desaparece tras desconectar el encendido, aunque lamentablemente sólo temporalmente. Ahora comienza una auténtica odisea en el taller para el C-Max, al final de la cual es enviado a casa con la válvula EGR, el turbocompresor y el filtro de partículas, incluida la sonda, sustituidos, pero lamentablemente con el mismo error que antes. El propietario finalmente recurre al taller de Hannes Deimel en Bad Blumau, en el este de Estiria, especializado en motores diésel. La empresa es socio de Bosch Car Service desde 2004 y desde 2007 también está certificada como Bosch Diesel Center. Hannes Deimel está convencido de las ventajas de la digitalización y utiliza, entre otras cosas, la "base de datos de reparación basada en la experiencia", abreviada EBR, de Bosch. De esta manera podrá finalmente descubrir la verdadera causa del error y resolver el misterioso caso.
▶ Primero se lee la memoria de errores y aparecen dos códigos de error: "Interrupción del control del tiempo de incandescencia/masa/circuito positivo" y "Función restringida del sistema de recirculación de gases de escape".
▶ El empleado de Deimel inicia la búsqueda de averías en el sentido de la recirculación de los gases de escape y comprueba distintos valores reales, como la masa de aire. Conclusión: Todo está dentro del rango objetivo.
▶ El técnico de automóviles nota que la válvula EGR y el turbocompresor parecen nuevos y, tras consultar con el cliente, descubre que estos componentes, así como el filtro de partículas con sonda, ya habían sido sustituidos en el taller anterior, sin éxito.
▶ Durante una prueba de conducción prolongada se confirma la percepción del cliente: pérdida de potencia del motor y encendido de la lámpara de error.
▶ Como el empleado no puede ver ninguna relación con la caída del rendimiento durante la conducción, utiliza la base de datos proporcionada por el software de diagnóstico ESI de Bosch bajo el título "Error en línea".
▶ Inmediatamente después de introducir el código de error aparece el mensaje crucial: Hay un defecto en al menos una bujía incandescente.
▶ El técnico automotriz examina las bujías incandescentes y comprueba que todas están defectuosas. Lo reemplaza, borra el error y realiza una prueba de manejo: el mensaje de error y el corte de energía ya no aparecen; caso solucionado.
PISTA EQUIVOCADA
Originalmente, las bujías incandescentes en los motores diésel se utilizaban principalmente como ayuda para el arranque en frío. Los pasadores de metal o cerámica, que se calientan eléctricamente a más de 1.000 grados, desempeñan ahora también un papel importante en el tratamiento posterior de los gases de escape de los motores diésel modernos. La bujía incandescente continúa calentándose durante algún tiempo después de comenzar a reducir la cantidad de hidrocarburos no quemados en los gases de escape. Esto explica por qué las bujías incandescentes defectuosas pueden provocar los códigos de error "recirculación de gases de escape" y en el OBD "errores relacionados con las emisiones en el sistema no completados". En el caso actual, los técnicos de automoción se equivocaron de camino y sustituyeron innecesariamente varias piezas intactas del vehículo. Si hubieran tenido acceso a la base de datos de EBR, le habrían ahorrado mucho dinero al cliente, ya que reemplazar las bujías incandescentes era comparativamente mucho más barato.