Con el optimismo tecnológico fuera de la crisis

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A Uwe Grebe, de la Universidad Técnica de Viena, le gustaría ver más entusiasmo por la tecnología para fortalecer la economía y hacer que los automóviles sean resistentes al clima.

Uwe Grebe von der TU Wien wünscht sich mehr Technik-Enthusiasmus, um die Wirtschaft stärker und Autos klimafit zu machen.
A Uwe Grebe, de la Universidad Técnica de Viena, le gustaría ver más entusiasmo por la tecnología para fortalecer la economía y hacer que los automóviles sean resistentes al clima.

Con el optimismo tecnológico fuera de la crisis

La tecnología de los vehículos está cambiando, en muchos sentidos. La popularidad de los coches eléctricos está aumentando. Cuando no existe alternativa al motor de combustión interna, se investigan combustibles respetuosos con el clima. Al mismo tiempo, la digitalización ha cambiado completamente la industria: el automóvil es ahora un producto informático muy inteligente con sensores, actuadores, ordenadores y software sofisticado. Y todos estos acontecimientos se producen en una fase en la que la industria automovilística mundial también se está reestructurando: los escándalos del diésel han sacudido la confianza, China se ha recuperado enormemente y Europa ya no puede confiar en su liderazgo tecnológico. El profesor Uwe Grebe conoce muy bien todas estas tendencias. Durante muchos años ha contribuido a dar forma a la tecnología de vehículos, también en General Motors y AVL List, y desde 2006 también es profesor honorario en la Universidad Técnica de Viena. Ahora ha sido nombrado profesor en la Universidad Técnica de Viena para dirigir el Instituto de Propulsión de Vehículos y Tecnología Automotriz. Al mismo tiempo, es director general de la recién fundada Automotive & Mobility Engineering GmbH (AME), una filial de la Universidad Tecnológica de Viena, cuyo objetivo es ofrecer servicios de ingeniería como interfaz entre la investigación académica y la industria.

En la Universidad Técnica de Viena no sólo quiere avanzar en la investigación tecnológica, sino también transmitir el mensaje a una generación joven de ingenieros: en el campo de la ingeniería mecánica hay una cantidad increíble de tareas extremadamente apasionantes, y la prosperidad de Europa depende sobre todo de si lo logramos. “Mis predecesores lograron que el Instituto de Propulsión de Vehículos y Tecnología Automotriz estuviera excelentemente posicionado en todo el mundo”, afirma Uwe Grebe. "Nos hemos ganado una excelente reputación en el ámbito de los motores de combustión, pero también en los sistemas de propulsión alternativos". Hay muchas preguntas de investigación de vanguardia sobre los vehículos eléctricos. No se trata sólo del motor eléctrico en sí, sino también de la electrónica de potencia, una parte central de todo vehículo eléctrico o híbrido que regula el intercambio de energía entre la batería y el motor. "El mejor uso posible de la energía es la cuestión central para los vehículos eléctricos", afirma Uwe Grebe. "¿Cómo se diseña la electrónica del coche? ¿Qué intensidad deben tener las corrientes? ¿Qué sensores se utilizan para el control? ¿Cómo gestionamos los flujos de calor? Aún queda mucho por optimizar, incluso aumentar aún más la autonomía de los vehículos eléctricos".

Uwe Grebe ve un gran futuro para los coches eléctricos en el transporte privado, pero para él el motor de combustión tampoco es un modelo obsoleto. Hay muchos campos de aplicación en los que los motores de combustión todavía no parecen ser una alternativa: por ejemplo, en aviones o en grandes máquinas de construcción o cosechadoras. Sin embargo, Grebe está convencido de que se puede hacer mucho por el clima en estas zonas: "Nuestra investigación aquí está completamente abierta a la tecnología. Se puede utilizar hidrógeno, por ejemplo, quemándolo directamente o convirtiéndolo en una pila de combustible y utilizándolo para accionar un motor eléctrico. O se pueden producir más combustibles electrónicos". Especialmente en una fase en la que los futuros avances tecnológicos no están del todo claros, Grebe cree que la investigación debe llevarse a cabo en muchas direcciones al mismo tiempo. Otra opción interesante son los vehículos híbridos, en los que no se utilizan generadores alimentados por combustible para accionar mecánicamente las ruedas, sino para suministrar corriente de tracción, los llamados extensores de autonomía. "Las baterías grandes aumentan significativamente el peso de un vehículo y también las emisiones de CO2 durante su producción, pero rara vez se requiere su capacidad total", afirma Uwe Grebe. "Por lo tanto, podría ser interesante tener un depósito de combustible que proporcione la autonomía necesaria, por ejemplo, en un viaje de vacaciones más largo. La batería se puede hacer mucho más pequeña. El vehículo será mucho más ligero y, por tanto, más eficiente".

Gracias a sus muchos años de experiencia en la industria automovilística, Uwe Grebe también ha visto cómo el equilibrio de poder global ha cambiado con el tiempo. “En mis funciones anteriores tuve contacto frecuente con China”, dice Grebe. "Antes la gente estaba muy interesada en conocer los conocimientos técnicos europeos. Ahora se han adaptado de forma impresionante y tienen más confianza en sí mismos". Por eso Uwe Grebe aboga por recuperar nuestra propia fuerza innovadora tecnológica: "Nosotros en Europa no podemos mejorar el mundo mediante regulaciones y prohibiciones. Pero, ¿cómo podemos impulsar a una nueva generación de ingenieros a producir soluciones? Necesitamos nuevamente más optimismo técnico. Está en China, y no hay razón para que nosotros no lo tengamos también".