Toyota Yaris Hybrid: diversión y sentido común

Toyota Yaris Hybrid: diversión y sentido común

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Sentir: Vaya, la chapa en rojo perla metalizado combinada con el techo en negro mica crean un aspecto realmente elegante en el bulevar de la ciudad. Cuando entras, bueno, es una cuestión de gustos, las aplicaciones de color rojo brillante en los asientos, los paneles de las puertas y el tablero probablemente hacen felices a algunas personas, mientras que molestan a otras con su intrusiva modernidad. Los buenos asientos ergonómicos, el volante de fácil agarre y los interruptores y botones claros no son motivo de crítica, al contrario. Particularmente agradable: la buena cámara de visión trasera de serie y la guantera refrigerada. 

Conducir: Arranque eléctrico silencioso, activación sutil del motor de gasolina, interacción armoniosa en el tráfico urbano: conducir con la conciencia tranquila es el dominio del Yaris Hybrid. En carreteras rurales y autopistas se nota rápidamente que el híbrido no está diseñado para la velocidad. Acelerar de 0 a 100 km/h en poco menos de 12 segundos está bien, pero el efecto de banda elástica de la transmisión E-CVT y el fuerte aullido del motor de gasolina durante el kickdown arruinan el placer.

Carga: Toyota ha logrado ocultar hábilmente la batería de hidruro metálico de níquel de 20 celdas en el Yaris, de tal manera que se puede disponer de un volumen de maletero estándar de 286 a 768 litros sin molestos pasos. Dos adultos encontrarán suficiente espacio para las rodillas y la cabeza en la parte trasera, pero pronto resultará incómodo con tres de ellos.

Conclusión: El efecto híbrido resulta especialmente divertido en el tráfico urbano y además ofrece la mayor ventaja en consumo de combustible respecto al hermano de gasolina del Yaris. Sin embargo, esto desaparece rápidamente en el tráfico interurbano, como es la naturaleza de los propulsores híbridos. En cualquier caso, el lavado de cara visual está bastante logrado en el exterior, mientras que el interior de la variante de estilo tenía un color demasiado intenso para mi gusto.